El proceso psicodiagnóstico incluye cuatro fases principales:
El proceso comienza por la referencia del paciente a evaluación. Una buena referencia por sí misma determina en mucho el resultado del proceso. En principio es bueno hacer saber al paciente que la referencia para la evaluación no es indicativo de que algo esté mal con su caso, sino que por el contrario es parte de un buen proceso. Así también es bueno que durante la evaluación no se detenga el plan de controles que hasta ese momento lleva, y si está en un tratamiento psicoterapéutico, no suspender ni postergar las citas durante la evaluación. El psicodiagnóstico es un elemento que fortalecerá la alianza terapéutica y brindará nuevos elementos para ayudar al trabajo que juntos paciente y tratante llevan a cabo. En el caso de los especialistas psiquiatras resulta apropiado explicarle al paciente que de la misma manera que un traumatólogo requiere que su paciente se realice una placa o como el internista requiere de un examen de sangre, o cualquier otro estudio paraclínico, la evaluación psicológica permitirá llegar a mejores diagnósticos y más rápido. los pacientes que asisten a un especialista médico no psiquiatra, por lo general presentan mayores resistencias a una evaluación psicodiagnóstica, pero cuando su tratante entiende la necesidad de hacer una evaluación integral del paciente, recurriendo al enfoque interdisciplinario, siendo en estos casos el tratante un gerente de cambios, y es capaz de comunicar esto a su paciente, estas resistencias desaparecen.
El siguiente paso es el de la entrevista inicial del paciente en evaluación. En un primer contacto el evaluador se encargará de obtener todos los datos relativos a la historia tanto del paciente como de su problema o enfermedad. El objetivo en este primer momento es hacerse una idea muy clara de cuales son los requerimientos de la evaluación. En este punto, la persona que hace la referencia puede ser contactada para aclarar todos los requerimientos que tenga con respecto a la evaluación de su paciente. Esta fase de la evaluación suele ser completada en una o dos visitas y al final de ésta el evaluador hará un plan de evaluación, que incluye un número definido de pruebas psicodiagnósticas. La batería de pruebas seleccionadas así como los tiempos de aplicación pueden ser informadas al tratante y a su paciente de manera que todos sepan que esperar.
La segunda fase del proceso es la de aplicación de pruebas. En ella, la persona objeto de evaluación recibirá encuestas clínicas para rellenar en casa en formato web, y deberá asistir al consultorio del evaluador (o recibir visitas por parte del evaluador en caso de encontrarse hospitalizado) hasta completar con todos los test que se haya decidido aplicar. En algunos casos y dependiendo tanto de la evolución del cuadro durante la aplicación y/o los resultados parciales de las pruebas aplicadas, puede decidirse sumar una o más pruebas a la batería original. En total esta parte del proceso suele completarse en unas dos o tres sesiones.
La tercera fase de la evaluación psicodiagnóstica es la de análisis de las pruebas y realización de informe psicológico. Esta fase del proceso se realiza en ausencia del paciente en evaluación y representa cerca de unas 8 horas del trabajo de análisis y redacción durante las cuales el evaluador estudia de forma detenida los datos aportados por el paciente a través de los datos aportados en las entrevistas y su ejecución en las pruebas. En caso de ser necesario, la persona en evaluación puede ser contactada para aclarar dudas al evaluador. Así también el tratante es contactado en ocasiones en caso de requerir alguna información adicional.
El proceso de evaluación psicodiagnóstica concluye con una cuarta y última fase llamada devolución de resultados. En esta fase hay una nueva reunión entre el evaluador y el paciente, donde al segundo se le proporciona toda la información pertinente con respecto a los resultados de la evaluación. A su vez, el evaluador realiza un informe detallado que va dirigido al tratante, recibiendo una copia en físico y/o una por correo electrónico. En esta fase el evaluador se encargará de brindar toda la información y aclarar todas las dudas que puedan surgir al tratante.
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